jueves, 7 de julio de 2011

Reproducción
Zorra con su cachorro.
Los zorros practican la monogamia, aunque no siempre, ya que existen pruebas de comportamientos polígamos (tanto poliginia como poliandria), entre los que se cuentan salidas del macho a otros territorios durante la época de cría buscando otros posibles acoplamientos y territorios de machos que se solapan con los de dos o más hembras con las que se aparean. Se cree que esta flexibilidad del comportamientos reproductor es una adaptación a la disponibilidad de espacio y recursos alimenticios de los territorios.[1]
Zorrezno en un bosque de Normandía.
La época de cría de los zorros varía a lo largo de su amplia zona de distribución. Los zorros de las poblaciones meridionales crían entre diciembre y enero, las poblaciones de zonas intermedias crían de enero a febrero y las poblaciones del norte lo retrasarán al periodo entre febrero y abril. Las hembras sólo tienen un periodo de celo que dura de 1 a 6 días. Aunque la hembra se aparee con más de un macho (que puede que peleen entre ellos por el derecho de acceder a la hembra) sólo se emparejará con uno de ellos al año. Las parejas monógamas formadas durante el invierno cooperaran para criar una camada de 4 a 6 cachorros (llamados zorreznos) cada año, siendo la media 5 y la camada más grande registrada de 13. Los cachorros nacen ciegos suelen pesar unos 150 gramos. Sus ojos se abrirán a las dos semanas y darán sus primeros pasos fuera de la guarida alrededor de la quinta semana. A las diez semanas los zorreznos serán destetados y permanecerán en el grupo familiar hasta el otoño de ese año cuando empezarán su dispersión para buscar su propio territorio.
Los jóvenes zorros alcanzan la madurez, entre los 8–10 meses. Los zorros en cautividad pueden vivir hasta los doce años pero en la naturaleza no suelen sobrepasar los tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario